sábado, 5 de abril de 2008

BILL Y LAS BICICLETAS

Me encuentro sobrevolando algún lugar de Siberia. Me he metido un par de Gin Tonics y una dormidina, pero hoy ha decidido no hacer efecto. Dentro de la tripulación de Lufthansa hoy, hay una chica española. Se la ve cansada. He intentado darle conversación pero no está por la labor, o sea que he decidido regresar a mi memoria.

Estábamos en Ámsterdam, en una de esas ferias que tanto odiamos. Salíamos Mengano y yo. Mengano es un auténtico amigo, tan auténtico que no me atrevo a meterle en esta historia sin permiso. Habíamos decidido comprarnos un paquete de Marlboro (Yo por aquel entonces fumaba). Pero, no sabemos como pudo ser, nos vendieron otra cosa. Una cosa de esas que hace reir. Yo siempre he sido torpe con las manos, Carmen podría dar fe de ello, y me negué a realizar ninguna tarea de valor añadido, con lo que Mengano se puso a ello.

Nos sentamos en una terraza debajo de un toldo. En Ámsterdam llovía.

Joder Mengano, ¿Qué mierda has hecho? ¡Esto no pega nada!

Estábamos fumando serios, teniamos pinta de enterradores (Con perdon para el gremio de la inhumación)

De repente, delante mío, pedaleaba una mujer, digna, muy digna, encima de una bicicleta alta, antigua, con un paraguas abierto en la mano.

Toda la sustancia psicotrópica se puso en fila india delante de la única neurona que me trabaja regularmente. De pronto una risa floja asomó a mis labios. Jaja, jajaja, jajajaja…. Mengano me miraba con cara de ido ¿Qué te pasa, Juan A.?, de repente otra bicicleta y yo, señalándo con el dedo, jaja, jajaja….le miro a los ojos, me mira él a mi, y, eso que no pegaba, se puso a hacer horas extras.

Pasamos dos horas riendonos a pecho partido cada vez que aparecía una bicicleta y…ya sabeis…en Ámsterdam…no hay bicicletas.

En esto que decidimos que hemos de volver al hotel. El camino de vuelta fue una etapa del Paris-Dakar. Cada vez que teníamos que cruzar un puente sobre un canal, nos concentrábamos, mirábamos al frente, nos animábamos entre nosotros y tratábamos de pasar al otro lado mirando a un punto fijo del horizonte, no fuera que, con nuestro afán por abarcar toda la calle, acabáramos haciendo unos largos por el canal.

Estábamos a punto de llegar al hotel cuando, allá a lo lejos veo a un proveedor, le llamaremos Bill.

Bill es un inglés educado, de más de sesenta, de pelo cano, de esos que en un ascensor es incapaz de hablar de otra cosa que no sea sobre el tiempo, no vaya a molestar. Bill estaba con su mujer en la otra acera de la calle. Era DammRack, creo recordar.

En esto que yo, en el cenit de mi euforia, al ver al susodicho británico, corro a su encuentro con los brazos abiertos al grito de ¡Hombre, Bill!

Bill, sorprendido ante mi alarde de efusividad, y dado que además no sabe una sola palabra de castellano, esboza un saludo y nos empieza a dar una conversación de compromiso.

Hay que aclarar que Mengano habla un inglés académico, pero en ese momento era incapaz de otra cosa que articular balbuceos inconexos. ¡Menudo globo!

No recuerdo como Bill y su mujer se desembarazaron de mi, que no de Mengano, a quien un atisbo de racionalidad le había aparecido en mitad del colocón e intentaba irse para no seguir haciendo el ridículo. Lo único que se es que hay un antes y un después en mi relación con Mengano. Nunca me perdonó la situación en la que le metí por mi imprudencia. Yo…siempre he pensado que la culpa fue suya por…no respetar las proporciones.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Escuchar estas historias en directo es mucho más divertido. Aún así escribes de fábula. No lo dejes.

Kikas dijo...

Cielos, entonces...¿Sabes quien es Mengano?...¡Me va a matar!

Anónimo dijo...

!Muy Bueno Kikas!

Hace unos años Yo tambien vi a la señora en la bici con el paraguas, pero en Badajoz. Daragh

Kikas dijo...

¿Y que cojones hacia en Badajoz con el paraguas?
Al paso que iba en la bici...llegar a Badajoz le debió costar un huevo...siempre puede tener la excusa de atravesar la M40 de Madrid en hora punta....

Mela dijo...

Kikas... no se puede mezclar Gin Tonics y dormidinas.
Un ingeniero debería saber eso.
"Una mujer muy digna... pedaleando en una bicicleta antigua, con un paraguas abierto en la mano"
Y dos horas riendo a pecho partido... has sido un trasto y sigues siéndolo.
Y sé muy bien que lo de la "mujer ciclista" no fue por los Gin Tonics y la dormidina

Kikas dijo...

Debes de repetir esos tests de comprensión lectora, Mela.
Por supuesto que no tomé Gin Tonics y Dormidina viendo a la señora de la bici. En los aviones no dejan montar en bicicleta...
;-)

Mela dijo...

Si hubieses fumado "eso que hace reír" en el avión... seguro que hubieran dejado montar en bicicleta a mujeres con paraguas abiertos

Kikas dijo...

Mela, en los aviones hache años que no dejan fumar....ni montar en bici....